Cuento 03112012.
El Falso Gitano.
Autor: Eugenia Rivillo
Era una vez una dulce doncella
que, en las suaves caricias de su almohada, reposaba en la calma que su habitación
podía proveer.
Un día mientras, pensaba en la
paleta de sensaciones que le dejaba su amado Gitano, al amarlo con las manos y
la mente a la vez, llego a sus haberes y
hombre que a sus oídos le decía cógete y hazme el amor, humíllame con tu espina
y permíteme hacerte el amor con mi calor. La doncella que en pasados días se había
salvado del mismo demonio al realizar mucha oración, extrañada se dijo a si
misma, no puedo hacerte el amor, porque mi amado gitano siempre fue pasión,
siempre fue felicidad, nunca maltrato ni humillación, por lo tanto el gitano de
ese día seguramente era una persona enferma que nunca aprendió que para ser
feliz nunca se hace humillación ni pinchazos.
Pasaron los días, y la dulce
doncella se entero de que muchos hombres de negro le querían hacer el amor,
pero su amor no era dulce y pasión sino tortura y dolor, porque con el mostro
de las moscas era al que le querían poner de varón.
Hoy en día la doncella quiere
jugar con su amado gitano para darle caricias y un sabor dulzón, pero no puedo
hacerlo ya que otros hombres quieren
plagiar el lugar el lugar que su amado gitano un día ocupo, pero ella el día en
que el amado gitano le de un santo y seña mayor, con fecha y hora para poder
encontrarse con aquel que un día le dio su masturbación.
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