Autor. Maria Eugenia Rivillo Orellana
Durante décadas las personas que necesitaban el servicio de liberación del Ministerio de Liberacion de las Iglesias catolicas, exigían la renuncia de dicha persona al Rosacrusismo, la Masoneria, la Fraternidad del Sol , toda secta en conclave, ya que se consideraban demoniacas, estos eran sometidos a la renuncia de su vida en esas logias,es decir, renunciar a su vida pasada , donde incluso se le recomendaba que abandonara a los familiares que se encontraban en dicho grupo. Esta situación todavía se encuentra en el mundo moderno, estas acciones del ministro y servidores de la iglesia solo se encuentran en un aparato desinformado donde están mostrando ser, más papistas que el Papa, el sumo pontífice del Vaticano.
Ese carácter intolerante y esa forma restrictiva hacia la llamada masonería. Después de que los Papas demonizaran, condenaran y trataran de forma despectiva a las sociedades secretas que trabajan por la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, Juan Pablo II ha levantado la excomunión que el viejo derecho canónico imponía a sus miembros, como puede verse en el canon 1.374 del nuevo código, en el que solamente les impone la sanción del interdicto. Siguiendo este criterio, Juan Pablo II dio una señal más de su acogida hacia todos, recibiendo en audiencia en el Vaticano a los miembros de la Trilateral, el 18 de abril de 1983, y a los representantes de la sociedad hebrea secreta B’naï B’rith el 22 de marzo de 1984.}
La única condición de que siempre colocaba el Papa Juan Pablo II para firmar un tratado de paz es la suspensión de toda agresión, maltrato a otras personas dentro y fuera de las logias. Sobre todo la obligación de dichas logias de la suspensión de introducir a parientes y amigos en dichos conclaves o grupos. El Papa Juan Pablo II, aplico la misma norma a otras religiones con la condición de nunca más predicar a aquellos quienes se nieguen a escuchar sus enseñanzas y caminos, nadie tiene derecho a profesar religiones y costumbres que otros tienen, todos tiene libre albedrio de aprender y pertenecer a las religiones y grupos que estos deseen, siempre y cuando cumplan con los mandamientos de la ley de Dios.
Ninguna logia puede obligar a Romper los Mandamientos de la LEY DE DIOS.
Ninguna Logia Puede Romper los Derechos Humanos de Otros seres Humanos, ni siquiera de los familiares que los rodean.
Los que pertenecen a las logias solo pueden aplicar sus normas a sus inscritos, los parientes, amigos y parejas quedan fuera de las normas de Logia, para que todos puedan cumplir su libre albedrio.
Todos deben vivir en las leyes de Dios.
Todos deben convivir en armonía.
La tranquilidad de algunos acaba donde empieza la paz del otro, si rompes las leyes y la cortesía con otro entonces alguien te ara la guerra. Nunca alteres la felicidad de otro para que alguien para que mantengas tu felicidad. Como diría el Corán “El que hace el daño saldrá mutilado”
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